Descripción enviada por el equipo del proyecto. A finales de 1960, una política cultural francesa fue confirmada y la democratización de la cultura bajo la dirección de André Malraux (Ministro de Cultura de Francia, filósofo y escritor) definió una «Casa de la Cultura» como: "En primer lugar una casa que debe reunir toda las actividades creativas de una pequeña ciudad o un barrio grande de la ciudad, en el campo de la cultura; la Casa de la Cultura utiliza la mayoría de las artes, es líder de la vida artística de la ciudad" y, en 1961, el edificio se radicalizó. Se impone la modernidad sin comprometer el paisaje de la ciudad.
A finales de 2012, existe evidencia de que el fuerte diseño arquitectónico sufrió muchos cambios durante sus múltiples transformaciones. Por lo tanto, en paralelo con la respuesta técnica pura para la restauración y mejora, Wimm y el equipo cuestionaron el uso y programación de las áreas actuales de esta herramienta cultural a través de su propuesta. El propósito no era "volver a pensar en el teatro, sino transformarlo en un nuevo dispositivo estrechamente relacionado con las prácticas culturales contemporáneas. Además de ser un bien cultural, el rediseño también estaba preocupado en la relación del teatro con el público: dotar al edificio de su naturaleza sintética, espacio cultural unitario; Simplificar su conexión con la ciudad; Restaurar un espacio de mediación cultural con el público.
Simbólica de estas cuestiones, el muro cortina "ventana" del edificio tiene en su interior un potencial enorme y raro para amplificar los espacios interiores teatrales. Estos espacios serán lugares de encuentro, comunicación e intercambio en torno a la cultura. Su percepción tanto desde el exterior y el interior será uno de los elementos clave del dispositivo.
"La plataforma urbana de Jacques Tati de cierta forma resucita. Hemos trabajado en la reprogramación de estos espacios y su lectura La planta baja consta de: un compartimiento de recepción grande que distribuye las distintas actividades que hoy se reunen en el edificio, un mostrador de boletos, un bar/restaurante y espacios para la presentación de la actividad cultural. El acceso a las plantas bajas se simplificó; la exposición de la galería está completamente integrada con el equipo. El paseo se convirtió en un espacio de reunión y de prensa como también un espacio de proyección, creando una pantalla interna de la ciudad." -Ana Luisa Gonçalves
El nuevo muro cortina de vidrio crea una plataforma urbana que genera nuevas actividades. Desafía el programa cultural ya que propone nuevos eventos. Las fachadas están reforzados por un filtro visual, que consiste en líneas verticales que controlan la energía térmica y proporcionan confort en el interior del volumen.
Inspirado por las experiencias del arte cinético y Op Art, la percepción de las fachadas cambia con el movimiento.
"Al siturase frente a la fachada, las líneas metálicas verticales desaparecen y permiten al espectador percibir las actividades, a continuación, cuando hay movimiento los objetos se difuminan antes de ser nuevamente visibles cuando se enfrentan a uno de los lados del hexágono. Las acciones cambian con el movimiento como una pantalla de cambio cultural." -William Tenet